6.9.09

Jesús vino a llamar a pecadores

Jesús dijo que no había venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Mt. 9:13 『Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.』

En el mundo de los justos, la gente dice: "Yo no tengo la culpa; esto pasó por tu culpa". Pero en el mundo de los pecadores, ellos dicen: "Esto no habría pasado si yo hubiera tenido más cuidado; todo es por mi culpa. Lo siento mucho, perdóneme"."Yo no estoy equivocado, la culpa es toda tuya." Este pensamiento causa problemas en la iglesia y discordia entre sus miembros. Cuando comprendemos que somos pecadores y que todo sucedió por nuestra causa, nuestra fe se hace completa y nosotros podemos hacer la voluntad de Dios. Cuando vivimos una vida de pecadores, podemos salvar a muchas almas por la voluntad de Dios, quien vino a llamar a pecadores.

Mt. 3:1-2 『En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.』

Mt. 4:17 『Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.』

Son los pecadores los que necesitan arrepentirse. Si estamos esperando ansiosamente el cielo, debemos saber que somos pecadores. Y debemos arrepentirnos no solo del pecado original que cometimos en el cielo, sino también de todos los pecados que hemos cometido en este mundo al pretender ser justos. Dios nos ha dicho que nos arrepintamos porque el reino de los cielos se ha acercado. Ahora, corrijámonos y arrepintámonos de habernos mostrado como justos.

El mundo de los justos y el mundo de los pecadores

¿Cuál es la diferencia entre el mundo de los justos y el de los pecadores? En el de los justos, no existe la palabra "perdóneme"; pero en el de los pecadores escuchamos con frecuencia "perdóneme, es mi culpa".¿En qué mundo quiere usted vivir, en el de los justos o en el de los pecadores?Aquí, el mundo de los justos no significa el lugar donde viven los verdaderos justos, que es posible solamente en el cielo. Hay muchas personas en el mundo que se consideran justas a sí mismas. El mundo de los justos que he mencionado es el mundo en el que viven los que claman ser justos. ¿Cómo es el mundo donde vive dicha gente?El hogar de los justos y el hogar de los pecadoresHace tiempo, había una familia cuyos miembros todos clamaban ser justos. Un día, el padre compró un valioso objeto de cerámica, el cual llegó a valorar mucho. Luego de algunos días, su hijo estaba jugando en la habitación, cuando de pronto rozó la cerámica que estaba sobre la mesa, la cual cayó y se rompió. Su abuela, que estaba cerca, se enojó y dijo: "¡Pilluelo! ¿No te dije que jugaras fuera? ¡Mira lo que has hecho por no hacerme caso y jugar en la habitación!" Mientras ella regañaba a su nieto y lo golpeaba con un palo, su nuera escuchó el ruido; de prisa, fue a la habitación, y dijo a su suegra: "¿Por qué le arma un lío a un pequeño? Esto no habría pasado si usted hubiera cuidado bien de él". Y luego la suegra: "¿Por qué me gritas? Tú no eres quién para decirme eso". Finalmente, llegaron a reñir entre ellas. Cuando el esposo llegó a casa después de trabajar, escuchó que su preciada cerámica estaba rota y que por eso había habido una riña; y se enfadó y gritó: "¡Maldita sea! ¡Salgan de aquí todos!""Yo no tengo la culpa, toda la culpa es tuya." Esta es la forma de pensar en el mundo de los justos. En ese mundo hay constantes riñas y problemas, pues todos claman ser justos, y no pecadores.¿Pero qué sucede en la familia cuyos miembros todos claman ser pecadores y se encuentran en la misma situación que la anterior? Un día, el padre compró una costosa porcelana; pero su hijo la rompió jugando en la habitación. La abuela vino corriendo, y dijo: "¡Oh, querido! ¿Estás bien?"; luego calmó a su nieto, y dijo: "Esto ha pasado porque te descuidé, es mi culpa, debí haberte dicho antes que tuvieras cuidado". Su nuera, al oír el ruido de la porcelana, fue a la habitación y dijo a su suegra: "Perdóneme; ayer vi la porcelana un poco inclinada y pensé en enderezarla después; pero lo olvidé y ahora… es mi culpa". Su esposo, mirando todo al lado de ellos, dijo: "He causado un problema a mi familia con este asunto; la culpa es mía; esto no habría sucedido si yo no hubiera comprado la porcelana. Yo soy el culpable". Así, aunque la porcelana se rompió, esto devino en una mayor unión de la familia.Y usted, ¿en qué mundo quiere vivir, en el de los justos o en el de los pecadores?