Primero necesitamos hacer un cuidadoso estudio de la primera venida de Jesús en una nube; si esto se refiere a su venida en una nube del cielo, los que no crean en esto caerán en la destrucción; pero si se refiere a su venida en la carne y no en una nube real, los que insistan en su venida en una nube del cielo serán destruidos.
Hace 1.900 años, cuando Jesús vino por primera vez, los fariseos eran conscientes de que Elías vendría antes de Jesús (Mt. 17:10-13, cf. Mt. 11:14). Elías subió al cielo en un torbellino con un carro de fuego (2 R. 2:11); por eso, los sacerdotes, escribas y fariseos creían que Elías descendería del cielo en un carro de fuego, de la misma manera que había subido al cielo. Debido a su errada fe, no pudieron recibir a Elías (Juan el Bautista) y lo culparon, y al final fueron todos destruidos. Mientras esperaban la venida de Elías en un carro de fuego, Elías (Juan) ya había nacido como un niño mediante el cuerpo de Elisabet (Lc. 1:57-66).
Todos los hacedores de maldad, que esperaban la venida de Elías en un carro de fuego, fueron destruidos. Esta es una advertencia para nosotros. Incluso en los últimos días, los que creen que Jesús vendrá en una nube del cielo, serán destruidos.
No debemos seguir su ejemplo, sino hacer todos los esfuerzos necesarios por estudiar las profecías acerca de la venida de Jesús en una nube. Porque la Biblia dice: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”, y: “Enviará sus ángeles […] y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.
La mayoría de los cristianos piensan que Jesús vendrá en una nube como Juez, y que entonces la tierra será destruida y los salvos serán arrebatados para encontrarse con Jesús en el aire junto con los resucitados. Sin embargo, la Biblia dice: “Cuando estas cosas comiencen a suceder [cuando el Hijo del Hombre venga en una nube], erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. La Biblia también dice que Jesús juntará a sus escogidos de los cuatro vientos cuando venga en una nube.
En otras palabras, el propósito de la venida de Jesús por segunda vez en una nube, no es destruir la tierra, sino juntar a sus escogidos. A fin de ser parte de los elegidos, debemos recibir al segundo Cristo que viene en una nube.